Cuando el fuego crezca quiero estar allí.
A Patricio Rey se lo siente, se lo vive y se lo sigue; se lo acepta o no, pero no se puede negar su existencia como entidad social-cultural, musical y energética, en el orden que uno lo prefiera. Para muchos puede ser un estilo de vida, una cultura subterránea, una marca registrada o el nombre de una banda de rock´n´roll, pero lo cierto es que este tal Patricio Rey es todo eso al mismo tiempo y mucho más. Es el alma mater de uno de los fenómenos sociales y musicales más llamativos e impresionantes de los últimos años en la Argentina, que mueve a miles de personas de un lugar a otro del país, simplemente porque él estará presente. Es el nombre que puede leerse en las remeras de “las bandas” seguidoras que le son fieles y leales.
Ahora bien, ¿por qué miles de jóvenes y no tanto respetan y siguen a alguien que supuestamente no existe? Simplemente porque Patricio Rey supo entender y transmitir el sentimiento de multitudes que buscan la libertad, la independencia, el placer y el crecimiento a través de sus propias capacidades, sin dejarse llevar por modelos establecidos, por estereotipos ni discursos que les indiquen el camino.
Multitudes de barrio que buscan disfrutar y vivir su vida al ritmo de un buen rock, sin comprar sonidos industriales pre-armados por un sistema que, muchas veces, se convierte en manipulador y limitante.
Estas multitudes se autodenominan “las bandas” y son las que escuchan la música, los sonidos, las palabras y los pensamientos de Patricio Rey, siempre bien acompañado por sus Redonditos de Ricota, otro bocadillo inexistente desde la materia. Así, Patricio Rey, sus Redonditos de Ricota y las bandas, le dan forma a lo que podría definirse como un movimiento cultural de fin de siglo que merece ser analizado por lo que significa en sí mismo y por lo que produce a nivel social.
“Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota” es el nombre de un grupo de rock´n´roll que, desde la década del setenta, hace las delicias de los amantes del género con un estilo definitivamente propio, marcado por el talento y la certeza de tener algo bueno que decir a través de sus letras.
Con ustedes Los Redondos, una banda para sentir y no para entender...
DEFINITIVAMENTE REDONDO.
Ahora bien, ¿por qué miles de jóvenes y no tanto respetan y siguen a alguien que supuestamente no existe? Simplemente porque Patricio Rey supo entender y transmitir el sentimiento de multitudes que buscan la libertad, la independencia, el placer y el crecimiento a través de sus propias capacidades, sin dejarse llevar por modelos establecidos, por estereotipos ni discursos que les indiquen el camino.
Multitudes de barrio que buscan disfrutar y vivir su vida al ritmo de un buen rock, sin comprar sonidos industriales pre-armados por un sistema que, muchas veces, se convierte en manipulador y limitante.
Estas multitudes se autodenominan “las bandas” y son las que escuchan la música, los sonidos, las palabras y los pensamientos de Patricio Rey, siempre bien acompañado por sus Redonditos de Ricota, otro bocadillo inexistente desde la materia. Así, Patricio Rey, sus Redonditos de Ricota y las bandas, le dan forma a lo que podría definirse como un movimiento cultural de fin de siglo que merece ser analizado por lo que significa en sí mismo y por lo que produce a nivel social.
“Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota” es el nombre de un grupo de rock´n´roll que, desde la década del setenta, hace las delicias de los amantes del género con un estilo definitivamente propio, marcado por el talento y la certeza de tener algo bueno que decir a través de sus letras.
Con ustedes Los Redondos, una banda para sentir y no para entender...
DEFINITIVAMENTE REDONDO.
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